Artículo publicado para Amodo Restaurante.
Hace poco se publicó el segundo estudio de hábitos de vida saludable y bienestar realizado por la Universidad Rey Juan Carlos. El informe aporta un dato preocupante: se reduce el número de mujeres que reconocía mantener hábitos saludables. Así, sólo el 23% aseguraba mantener buenos hábitos frente al 29% que ofrecían los resultados del estudio anterior.
Por otro lado, el 39,9% afirmaba no dedicar ninguna hora a la semana a hacer deporte y un 30,6% dedica menos de una hora a la semana para relajarse. Poco ejercicio y poco descanso quizá son parte de las causas de que el 32% estuviera por encima del peso normal y que el 35% consideraba su bienestar como regular, malo o muy malo. Además el 64,3% consideraba que debía cuidar más su alimentación y que no descansa bien por las noches debido a las malas digestiones.
Pero aún así no somos conscientes de lo que los malos hábitos pueden provocar día tras día en nuestra vida
Un alto comisionado de las Naciones Unidas, en concreto Olivier de Schutter, que publicó un artículo llamadoUnhealthy diets greater threat to health than tobacco, argumentó que seguir una dieta inadecuada era más peligroso para la salud que fumar. La sentencia cogida fuera de contexto generó un revuelco para la prensa. Es cierto que una mala alimentación durante años puede perjudicar muchísimo nuestra salud física y emocional, y no somos lo suficiente conscientes de ello. Por eso se explicó, desde la ONU que en el artículo realmente lo que se quería hacer llegar era esto mismo, que la percepción de riesgo no es tan patente cuando se habla de seguir una alimentación insana, que cuando se fuma. La gente sabe que el tabaco mata, pero no tiene en mente que comer mal también lo puede hacer.
Todos los hábitos que generamos para mejorar algo a largo plazo, teniendo en cuenta que muchas veces es ir en contra de los placeres a corto plazo, cuesta adoptarlos en nuestro día a día. Pero este concepto es erróneo. No sólo aquello que tiene mucha cantidad de carne, grasa o azúcar sabe delicioso. Lo importante es la materia prima, y el amor y cariño con el que se cocine. Muchas veces también lo que nos falta es la práctica. Sabemos poco de cocinar vegetales más allá del vapor y el hervir. Y es normal que con lo sosos que quedan una vez hechos de este modo, prefiramos otro tipo de alimentos. Por eso estamos tan contentos de poder demostrar día a día, en nuestras mesas, que comer saludable puede ser igual de sabroso y placentero, y que cuidarse, tampoco es tan difícil.