Artículo elaborado para CerealBio
Cada vez se conocen más los inconvenientes de tomar un exceso de lácteos (leche, yogur, queso, nata, mantequilla…) en nuestra dieta: sobrecarga hepática por los residuos de su metabolización, mala digestión por la natural caída de la producción de lactasa, exceso de grasa animal y déficit de los nutrientes originales debido al deficitario estilo de vida y alimentación del animal, generación de mucosidad y alergias…
Los lácteos son una buena fuente de proteínas, es cierto, pero podemos suplirlas tomando otro tipo de proteína animal (carne, pescado o huevos) o vegetal (legumbres, frutos secos, semillas, pseudocereales,…).
También son una buena fuente de calcio. Es por ello importante conocer y consumir todas aquellas fuentes que contengan calcio más allá de los lácteos. Las sardinas, en el mundo animal, son una otra fuente de calcio, sin embargo, cuando queremos presumir de una dieta equilibrada sin abusar de ningún alimento en concreto, sobretodo animal, es bueno que cada día tomemos varias raciones de diferentes fuentes vegetales.
Algunas de éstas fuentes no contienen un calcio de tan buena absorción como los lácteos, pero la combinación hace la perfección: la col, el repollo, las espinacas, el brócoli, las semillas de sésamo, las almendras, el tofu, la avena, las habas…
Por otro lado, igual que pasa con cualquier otro mineral, debemos tener en cuenta aquellos alimentos que pueden hacer que lo perdamos o no lo absorbamos bien una vez dentro de nuestro organismo. Es el caso del azúcar, el café y el té. El primero desequilibra nuestro ph y nuestro cuerpo necesita extraer ciertos minerales de los huesos para poder equilibrar el ph de la sangre. En el caso del café y el té debemos tener en cuenta que no es recomendable tomarlos en la misma comida que consumamos un alimento rico en calcio, para evitar que interfieran en su absorción.